El Arzobispo de León Alfonso Cortés Contreras consagró a 14 Diáconos que entraron al servicio ministerial de Jesucristo atendiendo al llamado del Señor, realizando el rito de ponerse de rodillas y bajarse en el suelo para expresar su disponibilidad total de entregarse a Jesucristo de donar su persona, de apasionarse en el servicio a Dios.
Les solicitó a los Diáconos entrar en la oración con Dios, entrar en una amistad profunda del alma con Dios nuestro Señor., ser constantes en la oración y la oración por el pueblo de Dios, la oración por esta iglesia que es tan variada en carismas, por esta iglesia que viene inspirada por el espíritu Santo, por esta iglesia necesitada de perdón. Así cuando el pueblo de Dios los vea en una comunidad será la primera forma de darse en oración.
Afirmó el Arzobispo textualmente: “Queridos hermanos ustedes van a desempeñar un ministerio misericordioso de Dios”.
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Hoy esta sociedad en que vivimos tiene necesidad de consoladores de hombres y de mujeres de misericordia, de hombres y de mujeres contemplativos en la oración y dispuestos a la escucha, que Dios los bendiga y entren en el campo del evangelio, entren en el campo del espíritu de Jesucristo.
En este día importante para la iglesia diocesana, el día de nuestra madre santísima de la Luz, nuestra madre y patrona esta iglesia diocesana de León se vuelve una diaconía, lo cual expresa sacramentalmente a lo que el Señor le ha destinado al servicio de la palabra, al servicio de los misterios de la salvación, al servicio del misterio de la caridad y esto se refleja el día de hoy en 14 cristianos de esta iglesia diocesana que entran y ponen su pie, ponen su corazón en el terreno sagrado, en el terreno en donde Dios nuestro Señor.
Los convoca, ellos van dos pasos adelante, vienen a posarse a entrar y permanecer por la eternidad en este terreno sagrado que es participar del sacerdocio ministerial de Jesucristo.
Este hecho no es de cada año, porque cada año se da, es un hecho que debe significar profundamente para esta iglesia el don de Dios, el don del ministerio.
Estamos reunidos aquí como iglesia diocesana en este sagrado recinto, en esta catedral donde vamos a recibirlos y donde vamos a introducirlos con esta liturgia santa en el terreno de los consagrados “Sean Bienvenidos hijos de esta iglesia” que se van a consagrar por este don del diaconado, pidamos perdón por nuestros pecados.