Al caminar por las calles de Zona Centro, en la Plaza de los Mártires del 2 de enero o Plaza Principal, es común encontrarse con un reconocido personaje repostero, Osvaldo Balderas Colchado, mejor conocido por las personas cómo: Don Cannolis.
Con un valor de 25 pesos, Osvaldo, se dedica a vender “Cannolis” un postre italiano relleno de crema pastelera, sabor cajeta, vainilla, chocolate o rompope. Recorre toda la zona de Portales transportándose en su silla de ruedas.
“El original que se hace en Italia, por la región de Sicilia, la crema pastelera es de vainilla, allá es mejor conocida como “Bavaria”, la gente pide que sus cannolis sean rellenados de bavaria, es cómo están acostumbrados allá” Expresó el repostero.
La Magia
“La mayoría de las personas se me acercan y lo primero que preguntan es ¿qué vendes? yo les digo, mira estos son Cannolis, es un postre italiano, de pasta hojaldre con canela y azúcar escarchada, está relleno de crema pastelera” reportó el vendedor ambulante
Osvaldo relata que en el pasado, su esposa y él eran panaderos, sin embargo, durante toda su vida se han dedicado a la venta ambulante de estos productos. “Antes teníamos un local por Torres Landa en frente de la preparatoria oficial, pero no podíamos atenderlo todo, en ese tiempo yo aún caminaba, tenía mis rutas y me iba a vender, entonces no había nadie que pudiera atender el negocio, por eso mejor decidimos cerrar y continuar de esta manera” mencionó.
Colchado habló sobre los permisos requeridos para ser vendedor ambulante en el centro.
“Aquí me dan oportunidad de vender, yo tengo mi permiso con mercados, porque aunque uno ande en la calle es bien importante tener el permiso, luego algunos comerciantes se quejan de que les levantan todo, pero a final de cuentas tiene que haber una regulación, todos tenemos que ir a sacar nuestro debido permiso, el gobierno necesita lana y nosotros necesitamos vivir en sociedad” expresó Don Cannoli.
“Osvaldo pasa gran parte del día ofreciendo y vendiendo su producto, si bien es común que pueda vender todo, hay días en los que no tiene la misma suerte. “Me va bien, se acaban todos, pero por ejemplo hoy que no hubo tanta venta me tengo que regresar con ellos, llegando a la casa se los regalo a los niños de la familia, o a los vecinos a ellos les encantan, procuramos no desperdiciar nada”
El popular repostero afirmó que la vida de los Cannolis es corta, debido a que conforme pasan las horas, la pasta hojaldre termina húmeda gracias a la crema pastelera. “Ya no es lo mismo, pero si te soy sincero a mi me saben más ricos ya cuando se aguadaron, cómo mi padre decía: -las cosas agarran su cuerpo-” Recalcó el repostero.
Para Osvaldo Balderas, es un placer dedicarse a las ventas “Cuando la gente viene a comprar y se siente satisfecha, me hace sentir muy bien, hay gente que me dice -esto sabe muy chingón- otros tantos que se cuestionan la calidad de mi producto, pero te puedo decir que la mayoría de las personas que compran, se van muy satisfechos.” Concluyó.