León, Gto.- “La descomposición de la sociedad y las familias han permitido que roben dentro de las iglesias de la ciudad y del país”, fue lo que mencionó Marco Cortés Muñiz, vocero de la Arquidiócesis de León.
De acuerdo con Marco Cortés, desde hace seis años comenzaron los robos, debido a que en ese tiempo empezaron a instalar cámaras de seguridad.
Los templos son el lugar perfecto para robos, porque aquel santuario religioso donde los devotos acudían a rezar ahora son blanco fácil, en diferentes recintos han robado desde alcancías hasta imágenes religiosas.
Por ejemplo, en el templo de la Tercera Orden, construido en el siglo XVIII por la hermandad franciscana en Zona Centro, dos veces han robado el Niño Dios de la Virgen María, así como las limosnas.
De acuerdo con las trabajadoras han captado en sus cámaras como “los rateros” meten palillos de madera con pegamento o chicle sobre las ranuras de las alcancías y hasta en las vitrinas de los santos.
En el Templo del Sagrario, también en el primer cuadro de la ciudad, dos mujeres fueron víctimas de un robo dentro de la iglesia y el hecho quedó grabado en las cámaras de seguridad. Se puede apreciar que un hombre sigue su camino derecho hacia el altar, posteriormente regresa y se sienta con las jóvenes, luego saca un arma blanca y se lleva sus pertenencias. El robo se perpetró el 30 de julio, alrededor de las 14:23 horas.
En otro caso, en el Templo Expiatorio Diocesano del Sagrado Corazón de Jesús también las cámaras de vigilancia captaron el momento exacto en el que un hombre, haciéndose pasar por un fotógrafo, se acerca a la bolsa de una mujer que cantaba en misa para huir de la escena.
Además, el padre Enrique Mascorro López, misionero claretiano y rector del Templo del Inmaculado Corazón de María, en sus misas pide a los devotos dar limosna con cambio, debido a que estafadores acuden a las ceremonias religiosas y entregan billetes falsos. El fraude sucede durante celebraciones en las que acuden multitudes.
En este templo, se puede observar una caja fuerte junto al altar, pues se dice anteriormente había robos de alcancía.
En el templo del Buen Pastor, en la colonia Kennedy, delincuentes hurtaron los vasos litúrgicos que contenían la Eucaristía; al día siguiente solo encontraron las hostias consagradas esparcidas por el suelo.
En el templo Santa Margarita María Alacoque han manifestado que han robado alrededor de cuatro veces: extrajeron el cobre de la tubería, la caja fuerte de la ayuda de los seminaristas, alcancías y dinero en efectivo.
El vocero de la Arquidiócesis de León mencionó que las medidas de seguridad que han tomado para evitar robos es precisamente cerrar las iglesias y solo abrirlas en horarios de misas. También han recurrido a la organización entre los devotos para no dejar solos los templos y por supuesto conectar las cámaras de seguridad al C4, ya que de 100 iglesias, 40 están monitoreadas por el sistema de seguridad.
Pero no sólo eso: en el Templo de Nuestra Señora del Refugio, ubicado en Medina, también se han dado robos, incluso los vecinos han manifestado que años atrás un joven quedó suspendido de una ventana al querer entrar a saquear el templo y perdió la vida.
Hasta el agua bendita se roban
En un recorrido realizado por los templos del primer cuadro de la ciudad, hubo testimonios de que ya no colocan agua bendita en las pilas, porque también la roban y hacen mal uso de ella.
Y es que se tiene la creencia que usar el agua bendita es un poderoso sacramental y lejos de robarla encontraban basura, chicles y hasta bolsas con orina dentro del recipiente de piedra.
Modus operandi
Las encargadas de los recintos religiosos han encontrado el modus operandi de estos ladrones que van desde que se esconden en los templos de las colonias populares porque en su mayoría hay cuartos de usos múltiples y en la noche cometen sus fechorías.
En lugares concurridos como el Centro Histórico, con engaños, hombres desconocidos se hacen pasar por empleados de la iglesia y piden favores en nombre del padre y una vez ingresando las despojan de sus pertenencias, no sin antes asustarlas con un arma blanca.
Otros métodos es utilizar palos de madera para obtener la limosna tanto las vitrinas como de las alcancías.
Cabe resaltar que en 2017, Magdalena Morales Rojas realizó un “Manual de prevención de robo en recintos religiosos”, en colaboración con otras personas, afirmando que las iglesias sufren constantemente del robo de pinturas, esculturas y partes de retablos, lo que ha ocasionado que incremente la demanda cada vez mayor de los compradores que ilegalmente pagan altos precios por estos bienes.
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Esta guía principalmente propone instalar sistemas de protección de las imágenes religiosas, como alarmas y vitrinas, de común acuerdo con los especialistas del INAH, instalar cerraduras seguras en puertas y ventanas, provistas con alarmas así como contar con personal de vigilancia que custodie el templo durante las 24 horas del día.