Quienes son testigos de la fe de los peregrinos sanjuaneros, son los comerciantes instalados en la zona del antiguo camino a San Juan en la comunidad de Lagunillas.
Ellos se instalan en la zona de la “Y”, muy cerca de la carretera León-Lagos de Moreno y aquí, además de ser un punto de salida para muchos de los fieles, es un lugar para descansar y surtirse de provisiones.
“Este año hemos notado que son pocas las personas que vienen porque no hay peregrinaciones y quienes van caminando lo hacen por su propia fe y por la manda que tienen”, comentó Ismael, uno de los vendedores.
En su puesto tiene gorras, lámparas, sombreros, pilas, plantillas para el calzado, pero en otros, las botellas de agua, los refrescos, pomadas, vendas, papel de baño, comida y tenis, son ofrecidos por otros comerciantes que se instalaron desde el pasado martes.
“Sí está muy solo a comparación de otros años, pero sí pasa gente, de hecho empiezan a salir hoy (jueves) y el viernes y todo el fin de semana es cuando salen muchos peregrinos desde León”, contó Jesús, encargado de otro puesto.
Aunque son pocos los sanjuaneros, los comerciantes son testigos de su paso y de los grupos de fieles que cumplen sus mandas.
Desde México y Querétaro
Durante el recorrido que el equipo de El Sol de León realizó en este lugar, en las inmediaciones de los puestos de comerciantes, un grupo de 25 peregrinos descansaba en diversas tiendas de campaña.
Los peregrinos, señalaron que desde los primeros días del mes de enero salieron desde el Estado de México y otro grupo dijo que venían desde Querétaro.
Su meta es llegar antes del 2 de febrero al templo de San Juan de los Lagos y poder cumplir una manda que ha pasado de generación en generación y que año con año es cumplida con éxito.
“Venimos de buena voluntad y por la fe que le tenemos a la virgencita lo hacemos y por eso esperamos llegar antes del martes porque nos dicen que la basílica estará cerrada, pero con que podamos acercarnos lo daremos por cumplido”, dijo Efraín uno de los devotos que acampada sobre uno de los entronques.
Mientras descansan, los peregrinos que permanecen despiertos aprovechan para curar lesiones, ampollas y rozaduras, pues desde ese punto aún faltan 100 kilómetros de larga caminata.
Por último, aunque si bien no hay presencia de personal de Protección Civil en sus módulos de atención que suelen instalar, el grupo de peregrinos mencionó que unas horas antes, llegó una unidad y los ayudaron a revisar sus lesiones.