Está rodeado de leyendas, mitos y en la cima Cristo Rey, se dice que el Cerro de Cubilete es un volcán dormido que algún día despertará.
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Ante dicha inquietud y luego de que se anunciara que desde hace unos días comenzó a tener una intensa actividad el volcán Popocatépetl, incluyendo caída de ceniza en los municipios aledaños.
Con temor a que el volcán pueda despertar, Adán Ernesto Oviedo Pérez, secretario General Unión Mexicana de Asociaciones de Ingenieros (UMAI) y ex presidente de la Sociedad Geológica de México, AC, dijo que El Cubilete es una masa de rocas ígneas expuestas en la superficie.
“No es un volcán, es un cuerpo, una masa de rocas ígneas que ahora están expuestas en la superficie pero no es un volcán como tal”, comentó.
“Hay que tener en cuenta que la naturaleza es impredecible pero el Servicio Sismológico Nacional en combinación con una red de universidades - UNAM, Politécnico- tienen un monitoreo de todos estos fenómenos naturales precisamente para generar políticas que prevengan el daño o riesgo a la población al que estuviesen sometida en la eventualidad en que se mantengan o se realicen un fenómeno de esta naturaleza”, manifestó.
Explicó que prueba de ello son los simulacros en Ciudad de México asociados a los sismos que se han desarrollado protocolos muy elaborados para reducir el impacto del fenómeno en toda la infraestructura de la ciudad y tratar de mitigar el temor natural que todo ser humano tiene ante las expresiones de la energía y naturaleza.
De acuerdo al portal “La verdad de Tamaulipas” en una publicación denominada “Cerro del Cubilete” explica que biólogos del Instituto Estatal de Ecología informaron que el Cubilete es un volcán dormido.
“En 2016, biólogos del Instituto Estatal de Ecología dieron a conocer que el Cerro del Cubilete en realidad es un volcán que estuvo activo hace miles de años”, se lee.
Sin embargo, el Servicio Geológico Mexicano (SGM), da a conocer que existen más de 2,000 volcanes, de los cuales alrededor de 42 son reconocidos como tales aunque en total, hay quienes sostienen que existen exactamente el triple y solo algunos se consideran activos o peligrosos.
Indica que de los principales volcanes de México, ubicados al Oeste y centro de México hay 24 volcanes que son: Durango, Sangangüey, Ceboruco, Mascota, Sierra la Primavera, Paricutín (Michoacán-Guanajuato), Los Azufres, Los Atlixcos, Jocotitlán, Los Humeros, Naolinco, Colima, Zitácuaro-Valle de Bravo, La Gloria, Papayo, Serdán-Oriental, La Malinche, Iztaccíhuatl, Las Cumbres, Nevado de Toluca, Chichinautzin, Pico de Orizaba, Popocatépetl, San Martín.
Por otro lado, el Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred), por su actividad se clasifican como activos, durmientes o inactivos y extintos:
Un volcán activo es aquel que ha hecho erupción en un periodo no mayor a 10 mil años, los volcanes inactivos o durmientes son los que no han tenido alguna erupción en los últimos siglos, sin embargo, pueden tener algún signo de actividad como las fumarolas o la presencia de aguas termales y por último los extintos, no han registrado erupciones en los últimos 25 mil años pero sigue existiendo la posibilidad de que despierten y de hacerlo sería con mayor fuerza que un volcán activo.
La leyenda de Cristo Rey
De acuerdo a la página “Santuario de la montaña de Cristo Rey”, indica que el monumento empezó a construirse el 11 de Diciembre de 1944 en el cerro de “El Cubilete”, día en que el sexto Obispo de León Dn. José Guadalupe Albino Emeterio Valverde Téllez bendijo y puso la primera piedra.
“La idea de erigir un monumento a Cristo nos remonta al mes de Noviembre de 1919, cuando el Obispo Valverde haciendo una visita pastoral en Silao, hospedado en el templo del Señor del Perdón, contempló dicho cerro y sintió el deseo de celebrar una misa en su cima”, explica.
Otra leyenda dice que por la década de los cuarenta, un grupo de mineros que solían trabajar en la Mina El Paricutín tras terminar una larga jornada de trabajo bajo tierra, subieron al malacate (parecido a un elevador) para volver a la superficie, pero la máquina tuvo un fallo.
Los mineros quedaron atorados en el túnel, en peligro de caer más de 300 metros. con Fe pidieron a Cristo Rey que les salvara la vida y de ser así harían un monumento.
Luego de esfuerzos por parte de los ingenieros, el malacate volvió a funcionar y los hombres se salvaron.
Ya retirados, le pidieron ayuda al sacerdote Alfonso Romero Ruíz, de la parroquia de San Francisco, para cumplir su promesa.