León, Gto.- Dentro de los expositores del “Turbo Bazar”, el bazar retro más grande de la ciudad, destacó la presencia de cazadores de tesoros antiguos.
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Uno de ellos es Mario, quien ha dedicado toda su vida a buscar tesoros de la Independencia utilizando detectores de metales dentro de haciendas, monasterios, iglesias, y demás lugares abandonados históricos relacionados a la Independencia y Revolución Mexicana.
Su más reciente descubrimiento es un rifle .30-30 Winchester de la época de la Revolución Mexicana que fue encontrado enterrado en una hacienda en Guanajuato capital a 60 centímetros bajo la tierra en un corral.
Además de los rifles, el cazador de tesoros mostró 2 espadas, billetes, monedas, campanas, copas, bayonetas, crucifijos, llaveros de bronce, cubiertos, teteras entre otros artículos de la época.
“Mario Antigüedades” proveniente del municipio de Celaya quien junto a sus compañeros se dedican al rastreo, búsqueda y detección de tesoros perdidos por las tierras históricas de: Celaya, Querétaro, San Juan de los Lagos, Juventino Rosas y San Felipe Torres Mochas.
En las mesas del bazar también se exhibieron calzadores de metal, chapas de ropero antiguas, piedras fósiles, yunkes, espuelas, teteras, un brujo de plomo con una mirada profunda, un casco de la Segunda guerra Mundial, Revistas, juguetes de luchadores, cartas coleccionables, casetes de Nintendo 64, un de visión nocturna y hasta una Barbie edición limitada de María Félix.
Además, estuvieron presentes Rubén Bejarano y Benjamín Todd, dos coleccionistas y vendedores de discos de Vinilo con más de 20 años de experiencia, quienes tienen a la venta discos de Hip-Hop, Pop, Rock, entre otros géneros.
“Hay muchos jóvenes que comienzan a interesarse por los vinilos, aunque no tengan tornamesa vienen y se gastan mil pesos en un disco de Rosalía solo para pegarlo en la pared de su cuarto, eso mismo hace que luego tengan el interés de comprar algún dispositivo de reproducción, si bien no es la misma calidad que ofrece Spotify, o Apple Music, tiene ese toque retro que le da un valor tangible al gusto por un artista”. Destacó Rubén.
Artículos con una antigüedad en su mayoría de las épocas de los años 80s y 90s; los asistentes eran adultos Baby Boomers de entre 50 a 70 años, acompañados de sus hijos y nietos de entre 15 y 25 años que lucían emocionados compartiendo anécdotas con sus mayores.