León, Gto.- Kevin Agustín Agustín es originario de Guatemala, donde era ayudante de albañil. Hace tres años en su intento por lograr el "sueño americano" fue secuestrado por miembros de la Mara, pero está contento de poderlo contar; sin importar el peligro nuevamente regresó a México, pero ahora con su familia.
Kevin de 23 años dejó su país acompañado de su esposa Kimberly Ocampo, quien tiene la misma edad y su hijo Kevin Josúe de tres años, sobre todo porque su casa y cuestiones materiales se terminaron con la erupción del volcán Payaca en marzo de este año.
El migrante quiere buscar la ciudadanía mexicana porque está cansado de que su vida peligre a cada momento, pero sobre todo de arriesgar a su familia.
Hace tres años intentó cruzar por primera vez hacia Estados Unidos, pero integrantes de la Mara lo secuestraron cerca de San Luis Potosí, iba con una familiar que se encontró en el camino. Los bajaron del tren y le pedían números de la familia para llamarles y exigirles dinero.
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“Nos tenían en un cuarto solos, nos amarraron gracias a Dios y nos amenazaban con pistolas y nos golpeaban para que diéramos los números, pero mi familia no tiene dinero”, explicó.
Por fortuna los soltaron y pudieron llegar hasta Piedras Negras, donde los deportaron y volvió a comenzar su calvario.
Lo más difícil explicó ha sido el frío que pasan sobre todo porque tienen un niño pequeño, algunas veces duermen en la calle y otras hay personas que le brindan el apoyo. Diario sale a conseguir dinero para pagar dónde dormir.
Peligro y sufrimiento constantes
Comentó que durante su travesía lo más duro fue ver cuando integrantes de las maras o bandas que piden cuota para viajar en el tren conocido como “La Bestia”, el cual recorre desde Tenosique, Tabasco hasta Estados Unidos.
“Tiraban mujeres y hombres del tren en movimiento, uno no puede decir nada porque si uno habla o hace algo, se van contra uno. Uno cuida su vida. A ellos no les importa nada, lo único que quieren es dinero”, recordó.
Dijo que al principio dejan que la gente suba al tren, pero cuando está en movimiento comienzan a cobrar la cuota, se enojan, los golpean y los lanzan al vacío cuando no les dan dinero.
Les exigen un pago de 500 dólares, sólo por viajar en el tren “me tocó ver cuando a mujeres embarazadas las golpeaban y las tiraban del tren porque querían dinero. Nosotros no pagamos, y les dijimos que no teníamos familia, que estamos de la mano de Dios y nos perdonaron más que todo por el bebé”, relató.
En "la Bestia” viajan cientos de personas, en ocasiones, hasta 40 personas en un solo vagón “se viene cuidando uno, hasta tres días uno viene sufriendo los olores, porque no se puede bañar incluso ahí hace del baño(...)”, explicó.
Desde Chiapas para llegar a Coatzacoalcos, Veracruz se hace un recorrido de aproximadamente una semana, deben apartar su lugar, sólo se cambian de ropa y la muda la tiran, porque no hay tiempo de lavarla.
Dijo que miembros de las bandas llegan en grupos de hasta seis personas, están armados con machetes y armas de fuego cortas así como las llamadas “cuernos de chivo”. Hay muchos hombres de entre 20 a 40 años, que en ese momento tienen el poder y se debe hacer lo que dicen o la muerte es segura.