León, Gto.- El legendario Barrio de San Miguel de la Real Corona fue el segundo pueblo que se fundó al sur de la Villa de León, al límite de la Villa de Españoles en 1595.
Además ahí se encuentra el único monumento que conmemoró el primer centenario de la Independencia de México y también cuenta con la última casita de adobe de León y se habla de que sus habitantes han encontrado tesoros escondidos.
La historia indica que en el Barrio vivieron grupos de negros que ayudaban a los españoles con las minas, sin embargo, visitaban el Centro de la Villa y se iban a las inmediaciones de Jalisco a buscar mujeres guapas por lo que surgió el mestizaje.
Al paso del tiempo, sus pobladores fueron edificando sus primeras casas, una de ellas fue la de don Eleuterio, Juanito y Juanita ubicada en lo que actualmente es la Centenario esquina con Río Lerma, que siempre fungió como negocio.
Gilberto Antonio Frausto Ríos, de 35 años, lleva toda su vida viviendo en la casa que a simple vista se ve frágil, aunque ha resistido las inclemencias del tiempo durante más de 100 años, pero llena de historia.
En entrevista con El Sol de León, platicó que no ha tenido ni una sola modificación más que la colocación de unas tejas, pero la puerta de encino es la original, así como sus chapas o candados hechos de metal grueso, los cuales están sostenidos de alambre, pero éstos son tan resistentes que amantes de lo ajeno o de lo antiguo no se los han llevado.
“De ese cuarto nada se ha tocado, las paredes siguen igual, la puerta es la misma en estos dos cuartos se podría decir que hasta los arcos siguen siendo los que estuvieron desde el principio de su levantamiento”, dijo Gilberto.
Por su parte, Florencia Ríos Villanueva, madre de Gilberto, contó que cuando abrieron la calle la Centenario, se tuvo que recortar la casa y es la única modificación que ha sufrido; incluso, el arco donde se encuentra la tienda sigue siendo el mismo solo le pusieron tejas para tapar una parte del negocio pero este no se gotea.
“Esta casa tiene años, es lo único que queda de adobe, es fresco en tiempo de calor y tiempo de fríos es caliente”, dijo.
En tanto, la señora Carmen Hernández, vecina de la calle Centenario, manifestó que desde que era niña acudía a la tienda que primero fue de don Eleuterio y los hermanos Juanito y Juanita hasta llegar a ser la tienda de Gilberto.
Los tesoros de San Miguel: al que le toca, le toca
Mucho se ha hablado de los tesoros y en esta casa no es la excepción, sin embargo, la familia ha escuchado comentarios, pero dicen que el tesoro no es para ellos, ya que no han notado nada extraño, como la típica flama que augura dinero o el muerto que les indica de dinero.
“Al que le toca, le toca. La gente dice que en la cocina de la señora enterraba el dinero la señora o en el cuarto del señor pero, ¿para saber cual era?, A parte no nos queremos morir”, dijo Gilberto.
Entre sus calles, vecinos hablan que en el Barrio de San Miguel se han encontrado tesoros y esto a raíz de las construcciones que se han hecho, ya sea para levantar bardas, ampliar la casa o calles .
A decir de vecinos en las calles Centenario, Independencia y Honda de San Miguel, por mencionar algunas, familias encontraron cántaros o cofres llenos de monedas de oro; se cree que los escondían sus propietarios durante la época de los Cristeros, en la época de 1926 a 1929.
Se cuenta entre sus habitantes que donde era la cocina hacían un cuarto como si fuera un sótano y su puerta era una tabla de madera. Ahí colocaban los costales de maíz y se ponía un fogón para despistar. Al grito de “Ya vienen los Cristeros” escondían a las mujeres y sus pertenencias”, muchas de las cuales quedaron olvidadas y enterradas.
Otra teoría del por qué en este legendario Barrio hay tesoros que fueron descubiertos y otros siguen esperando a la persona correcta es que al estar cerca la estación de ferrocarril que se encuentra a espaldas del Timoteo Lozano e inaugurada en el año de 1882, llegaron las tropas de Francisco Villa y Álvaro Obregón en tiempos de la Revolución Mexicana.
Ahí empezaron los grupos de cuatreros quienes llegaban a sorprender a personas adineradas, asimismo acudían a haciendas para hurtarlas y sus tesoros fueron escondidos.
Así se anuncia el dinero
Los habitantes del Barrio de San Miguel, como si se poniendose de acuerdo, señalan que “El muerto” les indica de una forma muy peculiar donde se encuentra enterrado el tesoro, y es que en la madrugada a la persona privilegiada, el muerto la levanta y la lleva a la zona donde se encuentra la fortuna.
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Para poder hablar con el muerto, se deben colocar una medallita de la Virgen Milagrosa bajo la lengua para que les dé instrucciones. También dicen que hay una llamita que se le aparece a la persona que se le quiere dar el dinero.
No cabe duda que el Barrio de San Miguel está lleno de historia y su gente aguarda tesoros ya que fueron los primeros pobladores de la ciudad de León.