Se han creado un sinfín de teorías sobre la muerte de la mamá de Luis Miguel y parece que finalmente sabremos realmente qué sucedió con Marcela, o al menos es lo que nos promete la serie de Netflix luego que el capítulo 10 nos dejó en suspenso.
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“Tengo todo excepto a ti” se llama este episodio, como uno de los mayores éxitos de Luismi (¿lo recuerdas?), que sirve para humanizar a ese ídolo juvenil que sufre por no saber dónde está su madre y porque la mujer que le gusta no está con él.
Así sufría nuestro héroe en la década los 90 previo al lanzamiento de su álbum “20 Años”.
Pero vamos por partes…
La investigadora que contrató “El Sol” le dice que hay una pista: halló una mujer muy parecida a Marcela en las islas Canarias, en un ¡psiquiátrico!
Sin embargo, tendría que informarle a las autoridades que su madre está perdida para que le den permiso de entrar al hospital y eso supondría un nuevo escándalo.
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Pero su hermano Alejandro le da una idea: pedirle ayuda al novio de Erika (Camila Sodi), Fede, el hijo del expresidente (todo mundo supone que es Miguel de la Madrid), aunque antes se echa una partida de póker, pero por obvias razones lo deja ganar.
Alejandro escuchó en una fiesta que gracias a la intervención del papá de Fede, el Mosad, la agencia de inteligencia israelí, encontraron a un empresario de Guadalajara secuestrado. "Cuando se metió el papá de Fede, lo encontraron en chinga. Y nadie se enteró".
El plan perfecto para Luis Miguel que en lo menos que canta un gallo ya se encontraba en el hospital sin necesidad de un permiso.
Lusmi camina por todos los pasillos y la hora de la verdad ha llegado: entra a la habitación de una mujer que solo vemos de espaldas...
Él se acerca y se arrodilla para luego acariciar su cabello maltratado… se empieza a escuchar de fondo la canción “Tengo todo excepto a ti” y su cara nos dice que sí es ella, pero en ese momento ¡acaba el capítulo!
La duda por si encontró a Marcela se quedará toda una semana en nuestra cabeza y el próximo domingo, tal vez, sabremos la verdad.
¿Y Luisito Rey, apá?
Pues el villano de villanos por fin está pagando poco a poco lo que ha hecho.
Su empresa de talentos fracasó y tiene que dejar las elegantes oficinas donde estaba, además que está deprimido y hundido en el alcohol porque desde que su hijo lo sacó de su vida, no la pasado bien.
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Pero tiene un as bajo la manga: buscar a uno sus contactos para que le ayude a “mover” dinero en Las Bahamas.
Genio y figura, hasta la sepultura.
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