León, Gto.- León comienza a ser reconocido por su gran diversidad de música independiente así como su apertura para conocer proyectos nuevos y diferentes géneros, prueba de ello fue la gran fiesta country que se vivió la noche del sábado en el Cruce de Caminos Bajío.
Esta fiesta country con el lema “el country es para todos” posicionó este género en el radar de locales y foráneos quienes desempolvaron las botas y el sombrero para bailar al ritmo de proyectos musicales de diferentes estados de la república.
El evento se llevó a cabo en el conocido bar “La llamarada Madero” ubicado en la calle Madero en el centro de León.
El Cruce de Caminos Bajío llegó a León desde Durango, donde el colectivo es ya gran referente del estilo western y la música country.
El evento dió inicio con una gran sorpresa ya que fue inaugurada por dos proyectos musicales que
viajaron desde tierras duranguenses; Canales, seguido de Los Bohemios Locos, ambos con un sets acústicos para ir calentando motores, esta introducción logró cautivar a la audiencia desde un inicio dejando altas expectativas para el resto de la noche.
El Cruce de Caminos Bajío arrancó oficialmente con Eddy Hinojosa y Karla Cocodrilo, quienes llegaron desde Monterrey con un show enérgico y de gran presencia escénica que con su country punk conectaron e interactuaron con el público y pusieron a bailar a más de uno. Cabe destacar que esta agrupación cantó canciones originales, algunas con tema de protesta social.
La segunda agrupación en el escenario fue Martín Coyote y los 5 del Cerro Muerto, originarios de Aguascalientes, quienes suman guitarras a su música para lograr un sonido country rock, quienes también pusieron a bailar a la audiencia y continuaron el gran ambiente de la noche.
Para continuar desde Puebla llegó La San Pedrito, quienes al ritmo del bluegrass y sumando el banjo y armónica a su sonido, y también con algunas letras que muestran protesta social, continuaron el nivel de energía en el lugar y en crescendo. Cabe destacar que este set encantó a la audiencia ya que con recursos muy típicos del country logró interactuar con el público.
En este evento donde el bajío fue epicentro no podía faltar una agrupación en su representación, fue entonces que desde Irapuato subió al escenario Inda Midland, gran exponente de la música country en Guanajuato.
Esta agrupación suma puntos al integrar violín y saxofón, logrando un sonido más robusto a su música. Inda Midland aprovechó la ocasión para estrenar su nuevo sencillo “Suerte” así como anunciar que están por lanzar su primer EP.
Su set continúo poniendo a todos a bailar al ritmo de la icónica canción Payaso de Rodeo manteniendo el hype de la noche.
Para continuar, con un elegante porte vaquero llegó desde Ciudad Acuña en Coahuila, Emiliano Ortiz, quien con su ritmo country rock, su cautivador acento norteño y una voz que robó suspiros subió al escenario y contagió de su energía al todos los presentes con un show de otro nivel.
Para cerrar la noche se presentó la banda leonesa Luis Martell y la Martelleta quienes con unos cuantos covers y temas originales al ritmo del country rock cerraron con broche de oro.
El escenario fue nombrado “Station One” en honor a uno de sus patrocinadores quienes aportaron una producción increíble para lograr una fiesta country como nunca antes vista en León.
Algo a destacar del compromiso en hacer ver y sentir este evento muy al estilo western fue el escenario el cual fue revestido con unos cuernos de toro aunado a la vestimenta del staff y todos los presentes, al mero estilo vaquero el cual transportó a todos a una verdadera noche al estilo del viejo oeste.
Pero no solo los talentosos músicos que se subieron al escenario viajaron de diferentes estados de la república, si no también personas entre el público ya que más de uno levantó la mano al preguntar si visitaban la ciudad desde otros lugares. Gente de otros municipios como Celaya o Irapuato y también desde otros estados como Monterrey, San Luis Potosí, Morelia, entre otros.
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Y así fué como el Cruce de Caminos Bajío gestionado por Océano Sonoro y Alfeñique Management en alianza con el colectivo Cruce de Caminos en Durango y con el respaldo de varios patrocinadores lograron convertir la ciudad de León en el epicentro del country por una noche, dejando claro que el western es para todos y que en León está más presente que nunca.
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