Considerado el padre del sonido actual del mariachi, Rubén Fuentes, fallecido este sábado a los 95 años, fue un compositor, músico, arreglista, director musical, director artístico y productor, maestro de grandes artistas, como Lucero, quien comparte que “desde muy jovencito, a los 18 años, tocaba el violín en el Mariachi Vargas de Tecalitlán, regalándonos canciones, música icónica, Rubén Fuetes fue un estandarte para la música mexicana, y por siempre deja un legado impresionante musical”.
Lucero, la intérprete a quien le creó letras especialmente para sus producciones discográficas, como Corazón lastimado, Antojo, Cariño de mis cariños, que grabó con otras inéditas que ambos seleccionaron para cuatro compactos del género ranchero, así lo recuerda: “Siento tanto su partida, para mí siempre será un mentor y lo considero parte de mi familia. Muchos años de los últimos de no compartir, de no convivir con él y no por algo en particular, simplemente nuestros caminos fueron por otros lados distintos.
“De pronto el trabajo nos separa de las personas que queremos. Vamos siempre con el cariño y el amor que le tengo, porque para mí fue y es por siempre un estandarte, un ícono de la música regional mexicana. Un autor de tantas canciones, arreglista de innumerables temas, conocedor inequívoco de tantos y tantos artistas, de tantas canciones”.
La intérprete destaca que Rubén Fuentes fue el creador de las carreras musicales de “muchísimos artistas tan importantísimos como Pedro Infante, Amalia Mendoza La Tariácuri, Miguel Aceves Mejía, José Alfredo Jiménez. A mí me produjo cuatro discos: Con mi sentimiento, que fue la primera vez juntos con el Mariachi Vargas de Tecalitlán; Lucero de México, Cariño de mis cariños, y Un nuevo amor, todos con canciones de él”.
En el plano personal, lo describe como “un tipazo en todos los aspectos. Tenemos unas anécdotas maravillosas, unos tiempos compartidos increíbles, tanto que convivimos con él, con su esposa Isabel tan linda, en las grabaciones. Un hombre excepcional, con un carácter distinto, con un sentido del humor diferente, maravilloso. A veces con toques de un humor muy especial que nos hacía reír mucho. Para mí, un maestro en toda la extensión de la palabra, fue quien me enseñó tantas cosas, a la vez tan sutil, tan dulce conmigo. Yo no sé si tenía carácter fuerte, por parte de él recibí cariño, halagos, siempre estaba contento cuando grabamos discos juntos. Estaba siempre feliz por oír mis interpretaciones, me hizo una dedicatoria en uno de los discos que es impresionante, en la que menciona que para él, ‘grabar en el estudio es una dicha y orgullo solamente Pedro Infante y tú me han dado esa alegría y ha dejado de ser trabajo para convertirse en diversión, satisfacción, gusto y ganas de que no terminaran nunca las grabaciones’”.
Lucero asegura que La Bikina y Cien años, son dos de los temas que le remiten al compositor. “Cuando se van estos enormes íconos, la gente se queda con sus canciones por siempre. Para mí el maestro Rubén Fuentes, es gran, gran parte de mi vida y me siento orgullosísima de haber grabado sus canciones, de haber sido producida por él, de haber convivido y compartido con él y lo presumo por todo el mundo y siempre lo voy a hacer”.
Recuerda una de las muchas anécdotas que vivieron juntos: “Fuimos a un Festival de mariachi, en Phoenix, Arizona; estuvimos compartiendo durante esos días del festival, los ensayos. Tenía un humor diferente, más sarcástico en un buen sentido. Conmigo era encantador, me veía como una hija, con todo el respeto para su familia. Yo creo que me veía así como una joven que le caía bien, conmigo, con mi familia, con mi mamá, era encantador. Compartimos mucho en las grabaciones con su esposa Isabel y ella con mi mamá, platicaban mucho.
Para Lucero, los recuerdos de las grabaciones con Rubén Fuentes son imborrables. Me encantó grabar Cien años. Si nos dejan, con letra de José Alfredo Jiménez y arreglos del maestro Rubén, creo que es una canción que es parte de él, porque sus arreglos son conocidos mundialmente. El maestro junto con José Alfredo, hicieron cantidad de temas juntos, él se las arreglaba y musicalizaba. Una historia impresionante en la música mexicana”.
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Tras confirmar que no quedaron proyectos pendientes, la cantante asegura que le queda “todo mi cariño, mis palabras, mis respetos y amor a él, siempre trabajamos felices, pero ya no coordinamos otra producción más con las disqueras. Que descanse en paz, mi queridísimo, mi amado maestro Rubén Fuentes, mi más sentido pésame para toda su familia, para toda su gente querida y amigos que lo tenían cerquita”.