Un día como hoy, pero de hace 30 años, usuarios de la red telefónica de Vodafone enviaron el primer mensaje de texto, también conocido como SMS. Sólo decía ¡Feliz Navidad!”, pero abrió una nueva era en las telecomunicaciones, y aunque su uso va a la baja derivado de una mayor interacción de las personas en redes sociales todavía representa un generoso negocio.
El año pasado, el tráfico de SMS en México disminuyó cerca de 39 por ciento respecto a 2020, de acuerdo con el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT). Aun así, este servicio genera todavía unos 172 millones de dólares en el país , de acuerdo con la empresa especializada Grupo Tecnophone.
Al inicio, el SMS estaba limitado a 160 caracteres, pero con el tiempo se liberó de sus ataduras y pudo enriquecerse con monigotes (los famosos emojis) e imágenes (MMS). Eran caros, pero rápidamente se hicieron masivamente populares.
Facebook, Snapchat, Instagram, y luego WhatsApp, Messenger, iMessage, Viber o Telegram han ido arrinconando al SMS.
En el Reino Unido, por ejemplo, el volumen de mensajes de texto ha caído hasta situarse bajo la barrera de los 10 mil millones en el primer semestre de 2022, según el Ofcom, el regulador británico de las telecomunicaciones.
Entre los usuarios de 16 a 24 años en Europa, el uso de las aplicaciones y redes sociales creció 53.73 por ciento en 2021, mientras que los SMS bajaron 29 por ciento, según un estudio del órgano de los reguladores europeos de las comunicaciones electrónicas.
Pero el SMS tiene aún por delante cierto futuro. Sin gastos de itinerancia cuando se tiene acceso a una red wi fi, esas aplicaciones tienen una ventaja innegable.
Empresas de comercio electrónico, telefonía celular, logística, instituciones financieras y hasta tiendas de autoservicio, son algunos de los segmentos que mantienen vivo el envío de SMS.
En el pasado Black Friday, los mensajes fueron una de las herramientas de marketing más usadas por grandes empresas y pymes españolas para incrementar sus ventas. El envío de mensajes habría aumentado 80 por ciento en comparación con la media de 2022, de acuerdo con el informe Tendencias y Hábitos de Consumo en el Black Friday, elaborado por Esendex, una empresa de servicios de comunicación empresarial móvil.
Plataformas que ofrecen el servicio de envío masivo de SMS a clientes empresariales aseguran que 95 por ciento de las personas leen este tipo de mensajes en menos de cinco minutos. Además, señalan, que el porcentaje de clics para los SMS es cuatro veces superior al del correo electrónico.
Según un estudio desarrollado por Infobip, una plataforma global de comunicaciones en la nube, dice que 76.5 por ciento de los mexicanos leen los mensajes en menos de cinco minutos. Este mismo reporte señala que los SMS son utilizados por más del 90 por ciento de los usuarios en México.
En todo el mundo, estos mensajes siguen siendo una de las herramientas preferidas para la publicidad, estimada en más de 50 mil millones de dólares en 2023, según Juniper Research.
Los defensores del SMS dicen que sigue siendo una herramienta indispensable para comprobar la identidad de un usuario, por ejemplo para una transacción bancaria, o para confirmar la llegada de un paquete, o para recibir un código de seguridad.
MENOS COSTOSOS
En países como Nigeria, el más poblado de África, se mandaron en 2021 unos 10 mil millones de mensajes de texto, es decir 15 por ciento más que un año antes, según un informe de la Comisión de Comunicaciones nigeriana.
Aunque la inmensa mayoría de los nigerianos tienen un celular, sólo 44 por ciento tenía acceso a internet en 2021. Aunado a ello, enviar un SMS en ese país cuesta cuatro nairas (0.008 euros), muy barato comparado con el euro que deben pagar los usuarios para tener 2 GB de conexión a internet.
La mitad de los nigerianos vive con menos de dos dólares al día.
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En Francia “el SMS es uno de los dos canales obligatorios posibles para advertir a la población” en caso de desastre natural, o emergencia sanitaria o terrorista, recuerda Marc-Antoine Dupuis, hijo del ingeniero Philippe Dupuis, considerado como el coinventor de la norma GSM que permitió el despegue de los SMS.
En plena pandemia, el Gobierno de la Ciudad de México pagó en 2020 tres millones de pesos para el envío de hasta 20 millones de mensajes SMS para difundir información sobre el Covid-19.
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