México es un país rico en agua, pero muy desigual en su distribución territorial, un fenómeno que el cambio climático acentúa y, por ello, las soluciones en tecnología e infraestructura son imprescindibles, resaltó hoy la Conagua.
En el foro "Infraestructuras en México: retos, oportunidades y casos de éxito", organizado por la Agencia Efe y la empresa Acciona, el director general de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), Roberto Ramírez, explicó que el país siente ya los efectos del cambio climático con fenómenos atípicos como el adelanto de las temporadas de huracanes.
"Estos retos que se empiezan a presentar nos hacen ver que, además de abastecer la población, tenemos que pensar en proteger, y cómo vamos a hacer para que el día de mañana tengan agua", subrayó.
"Todos los días rompemos un récord nuevo" en materia climática, apuntó el titular de la Conagua, quien destacó que pese a la virulencia que cobran ahora las lluvias, en realidad en los últimos años está lloviendo de manera similar a la de antaño.
"Al final sigue siendo la misma cantidad de lluvia ante una población y unas necesidades que siguen creciendo", señaló.
Pero además del cambio climático, un fenómeno global, México se caracteriza por una gran dispersión poblacional y una desigualdad en lluvias en este país de cerca de 130 millones de personas.
Dos terceras partes de las lluvias suceden en el sureste mexicano, y el último tercio en el centro y norte. Y se cumple una paradoja, pues la mayor parte de la población y el producto interno bruto (PIB) se sitúa en el centro y norte del país.
México tiene una grave desigualda en lluvias por su vasta dispersión poblacional de casi 130 millones de personas.