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México es un país católico, así se define por historia. El 12 de diciembre es fiesta nacional, tan grande como el día de la independencia, y aunque el día de la Virgen de Guadalupe es un día religioso, la mayoría de instituciones cierra o trabaja sólo medio día en nuestro país.
El católico está obligado a asistir a misa todos los domingos para recordar el sacrificio pascual. Sin embargo, poco a poco la gente, sobre todo los más jóvenes, han ido cambiando ese precepto. Es decir, se es católico porque el bautismo imprime un sello espiritual, pero no se es practicante.
Sin estar tan condicionado socialmente como antes, el alejamiento de la iglesia se ha normalizado en la sociedad mexicana e incluso se ha etiquetado como BBC: es decir, católicos de bodas, bautizos y comuniones. Hay incluso unos más que han decidido romper totalmente el vínculo con la iglesia.
En este tenor, Diego y Carlos explican su experiencia personal de alejamiento del catolicismo y exploran lo que deparará para ellos el explicar un tema que antes se inculcaba a través del miedo.
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