Los científicos dieron un primer paso esperanzador para la supervivencia del rinoceronte blanco del norte, una subespecie prácticamente extinguida, al haber creado in vitro los primeros embriones del paquidermo.
Sudán, el último macho de rinoceronte blanco del norte, falleció en marzo a los 45 años en la reserva keniana de Ol Pejeta.
Su hija y su nieta, Najin y Fatu, se convirtieron así en los últimos ejemplares vivos de esta subespecie originaria de África Central, diezmada por la caza furtiva.
Para garantizar su supervivencia, muchos habían confiado en la ciencia.
Con un procedimiento de procreación asistida inédito en rinocerontes, se franqueó "la primera etapa esencial para salvar esta subespecie", explicó un equipo internacional de investigadores en la revista Nature Communications.
Los expertos recolectaron en zoos europeos más de 80 ovocitos de hembras de rinocerontes blancos del sur, de los que quedan unos 20 mil ejemplares salvajes en el sur de África.
Los óvulos fueron fecundados in vitro, algunos con esperma congelado de rinocerontes blancos del norte y otros con esperma de su primo del sur, en los laboratorios de la sociedad italiana Avantea.
El resultado: siete embriones, de los cuales tres (uno sur-sur y dos sur-norte) fueron congelados.
Objetivo: 3 años
Pero este es solo el principio para lograr el nacimiento del primer rinoceronte blanco del norte "puro", en un plazo de "tres años", afirmó Thomas Hildebrandt, del Instituto Leibniz de investigación zoológica y animal de Berlín.
Para ello, los investigadores esperan recolectar ovocitos de las dos hembras, Najin y Fatu, nacidas en 1989 y 2000, respectivamente, en el zoo checo de Dvur Kralove.
"Esperamos hacerlo de aquí a fin de año", según Jan Stejskal, un responsable de este zoo, que trató en vano una inseminación artificial antes de enviarlas a Kenia con la esperanza - también frustrada - de una reproducción natural.
Los científicos crearon los embriones híbridos en vez de extraer directamente los ovocitos de las dos hembras porque esta intervención requiere la autorización de las autoridades kenianas.
Además, tuvieron que inventar una técnica y un utensilio de dos metros de largo para extraer los ovocitos de los rinocerontes blancos.
"Teniendo en cuenta los 16 meses de embarazo, tenemos poco más de un año para lograr una implantación" en una madre portadora de rinoceronte blanco del sur, puesto que ni Najin ni Fatu pueden llevar a cabo un embarazo, según Hildebrant.
Este experto subrayó que las dos hembras son las únicas capaces de "enseñar la vida social a un rinoceronte blanco del norte" por lo que espera que el pequeño podrá crecer con ellas.
En el caso de que no puedan retirarse los ovocitos de Najin ni Fatu, se están llevando a cabo otros experimentos para tratar de producir gametos (ovocitos y esperma) de rinocerontes blancos del norte gracias a las células madre pluripotentes inducidas, que tienen el potencial de convertirse en cualquier tipo de célula.
Pero los expertos advierten de la "improbabilidad de restaurar una población viable de rinocerontes blancos del norte", según Terri Roth y William Swanson, del centro de investigación del zoo de Cincinnati, que no participaron en el estudio.
Sus autores prevén que su iniciativa suscitará las críticas del mundo de la conservación, en ocasiones hostil al uso de biotecnologías.
"Ya nos han criticado por gastar el dinero de esta manera", según Jan Stejskal. Pero, para este experto, la lucha debe llevarse a cabo en todos los frentes: "conservación sobre el terreno, lucha contra la demanda (de cuernos) en Asia y apoyo a la ciencia".