/ lunes 22 de noviembre de 2021

Adiós a los genes de los genios mexicanos

Más allá de la “fuga de cerebros”, el problema es que la disposición genética de estos jóvenes también sale del país y es materia no renovable

Foto: AFP

Guadalupe Romero | El Sol de México

Se prevé que en los próximos años más de 15 mil niños y jóvenes mexicanos sobredotados saldrán del país, y que en la próxima década sumarán 100 mil los que buscarán migrar, alerta Andrew Almazán Anaya, director del área de Psicología de Investigación del Centro de Atención al Talento México (Cedat).

La situación cuesta 70 mil dólares por caso (igual a su educación básica), y a la nación que los recibe solo los últimos grados de estudio mismos que recupera con la aportación intelectual sobresaliente del profesional, científico o intelectual que se quede, según el Departamento de Educación de Estados Unidos.

En entrevista con El Sol de México, Almazán Anaya señaló que más allá de la “fuga de cerebros”, como se le domina a la migración de las personas sobredotadas, el problema es que la disposición genética de estos jóvenes migra con ellos; el polimorfismo (variantes de ADN, o material genético) que los dotó de IQ (medida de coeficiente intelectual), también sale del país “y es materia no renovable”.

Las niñas genio pasan desapercibidas: padecen rechazo e incomprensión en sus hogares y escuelas, señala el especialista de 27 años, que ostenta nueve títulos universitarios nacionales e internacionales y que también es considerado dentro de la población mexicana de sobredotados.

Almazán Anaya ha investigado durante más de 10 años sobre la importancia que tiene la detección de los menores sobredotados a temprana edad, en particular si toma en cuenta que en México se ha diagnosticado sólo a una mínima parte: del millón que hay en el país, sólo se ha reconocido al tres por ciento.

“Por eso es de vital importancia que los padres de familia y los profesores conozcan el perfil de los niños sobredotados, porque son los primeros en determinar si un menor posee estas características. Después se evalúa su coeficiente intelectual (si tiene más de 130 puntos de IQ) para poder ingresar a un modelo diferenciado educativo”.

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Según la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), organismo de las Naciones Unidas (ONU), los sobredotados han sido definidos como “aquellos que manifiestan una competencia y potencial excepcional en distintos dominios y de manera notable, en la actividad intelectual y creativa”.

La Unesco ha investigado sobre niños que probablemente cuentan con un IQ superior a los 130 puntos -norma que según la Organización Mundial de la Salud, define la sobredotación intelectual-, y revela que el 94 por ciento de ellos tiene una mayor sensibilidad emocional, gracias a su capacidad de entender conversaciones y temas que de forma normal se pueden comprender al llegar a la edad adulta; lo que, no obstante, propicia que estos niños sean objeto de agresiones.

“Otra situación es que los sobredotados tienen tendencia a distraerse con cualquier estímulo, al tener (84 por ciento de ellos) mayor sensibilidad de lo normal en los sentidos de la vista y el oído”, agrega una investigación del Cedat.

El trabajo, basado en el estudio a mil 500 niños, advierte que la mayoría (90 por ciento) de sobredotados tiene gusto y facilidad para armar objetos, como expresión de su alto interés por concretar sus ideas y proyectos. Además prefieren conversar con adultos, porque los niños de su edad los aburren o simplemente no comparten sus intereses.

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IQ A LA BAJA

La fuga de cerebros es parte de un fenómeno conocido como Disgenesia Poblacional, por el cual la inteligencia disminuye de manera paulatina, provocando consecuencias negativas para un país entero. Así se reducen las posibilidades de desarrollo, hay pérdida de la competitividad, y a un largo plazo, también se reducen los niveles socioeconómicos e imperan condiciones de violencia en la sociedad.

El director de Cedat abunda en el tema y señala que “por la crisis económica derivada de la pandemia y por las condiciones que vive México, más de la mitad de los niños y jóvenes con inteligencia superior pueden abandonar el país en un mediano plazo. La fuga de cerebros en el país ya era muy grande, pero con los acontecimientos que estamos viviendo esta cifra podría ser mucho mayor, incluso triplicarse”.

Este escenario debe evitarse a toda costa, porque existe una relación entre el coeficiente intelectual y la riqueza de un país.

“Está comprobado que cuando disminuye el número personas sobredotadas o estas se van del país, el ingreso per cápita de la población disminuye. Lo anterior obedece a que se reduce la capacidad de emprendimiento, hay un menor número de empresas, y de igual forma, la investigación al respecto en el país decrece, y por ende, hay menos patentes”, comentó el también investigador de Harvard University.

La media mundial en coeficiente intelectual (IQ) es de 100 puntos y México está por debajo, con 87. El país considerado más inteligente es China con casi 107; seguido de Canadá, Inglaterra, Singapur, Estados Unidos y varios países de la Unión Europea. En América Latina los que mayor puntaje tienen son Uruguay, Argentina y Chile.

“Esta evaluación se realiza por región. El resultado se logra al evaluar el IQ de 4 mil personas por país y así obtener un promedio. Según este parámetro los países más avanzados son aquellos que han establecido sus políticas de educación y desarrollo social encaminados a detectar y potenciar a las personas más inteligentes de cada país”, apunta Almazán Anaya.

El parámetro de medición lo llevó a cabo la Universidad de Ulster de Inglaterra y puede observarse que México y Brasil prácticamente tienen el mismo puntaje (87), mientras que los países más “inteligentes” de la región son Uruguay, Argentina y Chile tienen 90 puntos de IQ.

“En México deben existir un millón de personas sobredotadas y sólo el 3% ha sido diagnosticado como tal. En otras palabras, estamos desperdiciando al producto más valioso que tiene el país: el producto inteligente. Por lo tanto, la tarea es saber capitalizar los recursos excepcionales que poseen estas personas y evitar que se pierdan o que se vayan a otros países; ese precisamente es el trabajo que estamos desempeñando en el Cedat”, aclaró.

Según “El Perfil del Niño Genio Mexicano 2021”, elaborado por Almazán, con más de 10 mil casos evaluados en 10 años, quedó demostrado, con evidencia científica, que el Modelo Diferenciado de Educación es un éxito para tratar a niños con estas condiciones.

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“La conclusión es que los menores sobredotados sí se benefician de tomar clases especiales, con niños en sus mismas condiciones intelectuales y acompañados por docentes que también son sobredotados. Quedó demostrado que el coeficiente intelectual se incrementa con este sistema hasta en siete por ciento y que su estabilidad emocional es óptima”, destaca.

Añade que en la más reciente investigación que realizó con Harvard University se mostró cómo los efectos positivos a temprana edad o en nivel de educación primaria, siguen teniendo impactos cognitivos 10 años después; es decir, cuando el alumno llega a la universidad.

Considerada la psicóloga titulada más joven del mundo Dafne Almazán Anaya, egresada de la Universidad de Harvard a los 13 años en 2012, subrayó que emprendieron “una campaña a nivel nacional para revertir la muy poca detección de niñas con inteligencia superior: solamente dos de cada 10 menores eran detectados. Lo anterior tiene relación con el machismo (se les presta poca atención a las menores inteligentes dentro del hogar y la escuela), y porque suelen pasar desapercibidos.

Para un país emergente como México, la fuga de cerebros es una pérdida dramática. Según un estudio de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), México es el país latinoamericano más afectado por ese fenómeno y el séptimo a nivel mundial. Entre 2015 y 2017 se fueron 866 mil mexicanos altamente calificados.

Esta fuga de cerebros puede seguir aumentando drásticamente. De los 300 alumnos del Cedat, durante el año pasado, la mitad manifestó su interés en irse del país. Así que la tendencia al alza es clara, pues "normalmente, son entre 15 y 20 por ciento", compara Almazán.

"Nos hemos acercado a empresas para que los niños sobredotados pudieran ser apoyados con becas. Pero, por ahora, son sobre todo empresas transnacionales las que han respondido", comenta Almazán: "Las empresas mexicanas ven eso como una inversión de muy largo plazo".

A esto se agrega el hecho de que en el mundo no se ha creado un consenso acerca de cuál es el modelo educativo más efectivo para estudiantes con sobredotación intelectual (Plucker y Callahan 2008), por lo que cada país –e incluso instituciones educativas– optan por distintos modelos al no existir un modelo educativo único recomendado en el mundo para esta población.

El término sobrecapacidad y aptitudes sobresalientes son sinónimos ampliamente utilizados. Según la Organización Mundial de la Salud, la sobredotación intelectual se define como un coeficiente intelectual superior a los 130 puntos, mientras que el promedio se encuentra en 100 puntos.

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