León, Guanajuato; 26 de septiembre del 2021.- Sonrisas cubiertas por mascarillas y relucientes medallas dieron vida a la Maratón León, fiesta que en su edición 41 se adaptó a la pandemia con normas sanitarias que acataron los corredores.
En su regreso de manera presencial, la máxima justa pedestre del atletismo leonés fue animada con tres mil corredores que pusieron al límite su rendimiento físico al competir en las pruebas de 10, 21 y 42 kilómetros.
A primera hora de la mañana, la llegada de participantes inició a cuentagotas, luego se volvió una marea de gente luciendo shorts, gorras y mangas para protegerse de el sol una vez que estuvieran en carrera y para redondear el outfit, no faltó el ya clásico cubrebocas.
Como una forma de bienvenida, cada asistente fue recibido por un filtro con toma de temperatura para luego ingresar entre unos arcos con aspersores de solución desinfectante. Para evitar la concentración masiva de personas, toda el área de salida se delimitó con vallas, para luego iniciar la carrera por bloques de 50 a 100 personas.
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Los primeros en salir fueron los participantes con discapacidad, luego los corredores de 42k, seguido por los inscritos en 21k y los 10k. En la línea de salida, el uso de cubrebocas fue obligatorio, superados los primeros 500 metros estaba autorizado retirarse la mascarilla.
FIESTA
Una vez en la ruta, los miles de runners fueron acompañados por oficiales de tránsito, además de corredores recreativos, ciclistas, patinadores y hasta bikers que se unieron a la fiesta atlética para alentar a los maratonistas con porras o haciendo rugir la moto.
La Maratón León 2021 cumplió como escenario en el que atletas de diversos rincones del país superaron sus propios límites, Michoacán, Jalisco, Sinaloa, Estado de México, Aguascalientes, Querétaro, Veracruz, entre otras entidades acudieron. De igual forma diversos municipios de Guanajuato se dieron a esta magna justa.
Sea cual sea la distancia en la que se haya participado, los rostros de satisfacción o dolor lucieron en la meta. Mientras algunos recuperaban el aire, otros sonreían mientras lucían su medalla y posaban para las fotos en el arco de llegada o con los compañeros maratonistas.