Tres victorias, en cinco aperturas, no fueron suficientes para que los Bravos de León lograran retener al abridor dominicano José de Paula, quien ahora durante el verano estará lanzando en la liga de Taiwán.
El oriundo de Villa Mella, quien en 2015 llegó a tomarse su tacita de café en las Grandes Ligas nada más y nada menos que con los Yankees de Nueva York, llegó a las filas de los Bravos en pleno cierre de la campaña 2019, luego de haber militado durante año y medio con los Sultanes de Monterrey, con quienes ganó siete juegos en 26 salidas a la lomita.
De Paula había encajado a la perfección en la rotación de abridores de la tropa leonesa y su promedio de carreras limpias admitidas lo dejó en un discreto 4.55, aceptando 33 imparables, 17 carreras y sólo un palo de vuelta entera, con 10 enemigos pasaporteados.
El gran problema es que el zurdito de 31 años de edad no pertenecía a Bravos, estaba a préstamo de los Sultanes y ahora en la pelota invernal incluso tuvo que parar su actividad con los Tigres del Licey, luego de que su nuevo club en Taiwán así se lo notificara.
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De momento, los Bravos han fortalecido su bateo con la continuidad del méxico-americano Matt Clark, autor de 27 películas de largometraje la campaña pasada, también se mantendrá el segundo en la carrera por el cetro de bateo, el dominicano Félix Pie y también ha llegado Anthony Giansanti, quien desde 2018 ha venido destacando en la Liga Mexicana del Pacífico con los Venados de Mazatlán, pero en lo que concierne a movimientos en el staff de pitcheo sólo se han tenido bajas y el retorno del venezolano Guillermo Moscoso.
Uno de los objetivos de la gerencia del equipo es darle una reingeniería al cuerpo de lanzadores, tomando en cuenta que los Bravos fueron de los equipos que más carreras recibieron la temporada anterior, por ello que se contemplen muchas más bajas ahora con los elementos del bullpen.