Tal como si se tratara de un tablero de ajedrez, semejante al de su uniforme, la Selección de Croacia promete ser un auténtico dolor de cabeza para todo aquel que se le ponga enfrente.
Su estilo de juego, pero, sobre todo, sus grandes referentes en el medio campo, lo convierten en un rival complejo de vencer, todo un obstáculo, incluso, para Argentina, Lionel Messi y sus peones. Con Luka Modric e Iván Rakitic, volantes del Real Madrid y Barcelona de España, respectivamente se presenta impresionante.
Resulta hasta curioso como la potencia del Real Madrid y el toque del Barcelona se pueden mezclar bajo las ordenes de Zlatko Dalic, quien en las bandas cuenta con Iván Perisic y Marcelo Brozovic. Si el mayor peso de Croacia caer en su medio campo, otra gran parte corre bajo responsabilidad de Mario Mandzukic, quien puede apoyar a la recuperación del balón, precisamente, en el medio campo, como lo hace con la Juventus, para dejar a Nicola Kalinic, del Milán, a la espera de un contragolpe. La defensiva no es su punto fuerte, pero tampoco débil. Ahí, Dejan Lovren, del Liverpool, e Iván Strinic, de la Sampdoria, son los líderes.