Cancún, Quintana Roo. Se fue la temporada 2024 en la Liga Mexicana de Beisbol para los Bravos de León, otra campaña en números rojos y en la que el objetivo de regresar a la postemporada no pudo cumplirse, siendo ya cinco años en los que la novena guanajuatense se queda marginada antes de lo presupuestado.
Con saldo de 37 ganados y 53 perdidos, los cuereros finalizaron octavos de la Zona Sur y a ocho juegos y medio de los Pericos de Puebla, quienes sobre la hora se agenciaron el último de los accesos al playoff, dejando con las manos vacías a los Olmecas de Tabasco.
Dicen que lo que mal comienza mal acaba y fue el pasado 12 de abril cuando los Bravos arrancaron la temporada sucumbiendo en casa ante los Leones de Yucatán, mientras que para bajar el telón, casi cuatro meses más tarde, cayeron por la vía del “walk-off” en el tercero de la serie frente a los Tigres de Quintana Roo, el peor equipo de todo el circuito veraniego de pelota. La pizarra fue de 5 a 6 en el Estadio Beto Ávila de Cancún.
Una vez más, el acabose leonés lo dio su relevo con un Adam Hofacket que estuvo lejos de la versión de hace un año, donde con 15 salvamentos, estuvo entre los mejores de ese departamento, al tiempo que su paisano Max Kuhns, dio la enésima de arena al cargar con el descalabro. El derecho estadounidense se quedó a un strike de conseguir su primer juego salvado, solo que a cambio, fue sacudido con el doblete de Juan Haro que llevó hasta la registradora a Germán Revilla y Bryant Flete.
Previamente, Hofacket permitió par de rayitas en la baja de la séptima cuando los leoneses llegaron a esas alturas del cotejo con ventaja de tres, luego de las dos producidas por el quisqueyano Sandber Pimentel y una más cortesía del cubano Henry Urrutia. En el inicio de las acciones, Jimmy Kerrigan elevó de sacrificio para mandar al plato a Eddy Díaz y Marco Chicuate pegó hit al central para empujar al “Proto” Rainel Rosario.
Pese a las cinco completas que lanzó el diestro Felipe González, no logró el triunfo, en tanto que, en abreviada labor monticular de una entrada con dos imparables y un pasaporte, la conquista se le acreditó a Pedro Payano.
Así, de manera triste, sin postemporada y lejos de su gente, los Bravos cerraron el año y ahora se vendrá un arduo trabajo invernal desde la oficina para buscar devolver a este equipo a puestos más protagónicos en la LMB.