NUEVA YORK.- La muerte del escritor Philip Roth, la noche del martes en Nueva York a los 85 años de edad, marca el final de una era de la literatura de Estados Unidos encumbrada por escritores que exploraron lo que significó ser estadunidense en la segunda mitad del siglo XX.
La muerte de Roth fue confirmada por su agente literario, Andrew Wylie, quien informó que el autor murió de insuficiencia cardíaca congestiva en un hospital de Manhattan. Su biógrafo, Blake Bailey, expresó en un mensaje en Twitter que Roth murió rodeado de amigos.
El deceso de Roth, quien durante al menos una década fue mencionado constantemente como uno de los contendientes al Premio Nobel de Literatura, cierra una época de la literatura que se enfocó en la exploración de la identidad, la sexualidad masculina y las contradicciones diarias de Estados Unidos.
Los otros dos grandes novelistas de esa época fueron Saul Bellow, quien obtuvo el Premio Nobel de Literatura en 1976; y John Updike, quien en varias novelas exploró la vida en Estados Unidos desde la perspectiva de una clase media cada vez más dominante.
Además de estos temas, la literatura de Roth constituyó una profunda reflexión sobre el significado de ser judío en Estados Unidos y sobre la mortalidad. Muchas de sus obras estuvieron basadas en la ciudad de Newark, un enclave de clase trabajadora en el estado de Nueva Jersey.
A partir de sus reflexiones en torno al judaísmo y a las transformaciones de la propia Newark, escenario de violentas protestas en 1967, Roth logró retratar las evoluciones y regresiones de una sociedad en constante transformación.
Roth realizó tales exploraciones mediante uno de su personajes literarios más socorrido, Nathan Zuckerman, quien es también un novelista judío, y quien narra alguna de sus más memorables novelas.
La carrera de Roth inició con la publicación en 1959 de “Adiós, Colón”, una colección de cuentos que retrata la vida de judíos de clase media que se desarrollan entre la tradición y el sentido de modernidad que parece envolver a todo Estados Unidos.
Esa obra se hizo acreedora al Premio Nacional del Libro, y generó que muchos de sus correligionarios lo acusaran de ser “un judío que se odia a sí mismo”.
La polémica de la obra de Roth aumentó con la publicación en 1969 de una novela ahora clásica, “El lamento de Portnoy”, que se convirtió en un inmediato éxito de ventas. La novela es un monólogo sobre un adolescente obsesionado por el sexo en la era de la liberación sexual.
El hijo pródigo de Newark continuó publicando novelas notables durante la mayor parte de su vida, entre las que destacan tres obras maestras que publicó cuando contaba ya más de 60 años: “Pastoral Americana”, “La mancha humana” y “Me casé con un comunista”.
Pese a que el Premio Nobel lo eludió, Roth obtuvo todos los otros galardones que un escritor estadunidense puede lograr: dos Premios Nacionales del Libro; dos galardones del Círculo de la Crítica Nacional; tres Premios PEN/Faulkner; un Premio Pulitzer; y un Premio Man Booker Internacional.