Después de más de cinco meses de retraso debido a la pandemia de Covid-19, el Museo del Palacio de Bellas Artes inaugura la exposición “El París de Modigliani y sus contemporáneos” que debió adaptarse a la nueva normalidad y restricciones sanitarias para evitar el contagio entre los espectadores.
Además del obligatorio filtro sanitario en la puerta de entrada del museo, en las salas de exhibición se tomaron medidas específicas. Primero se redujo al 20 por ciento el número de personas que podrán entrar al mismo tiempo en una sala. Por ejemplo, en la sala Nacional sólo se permiten 34 espectadores, máximo 76; en la Diego Rivera 28 a 56 personas. Así se prevé que un promedio de mil 200 personas puedan visitar la exposición al día.
En un esfuerzo por conservar la distancia de al menos un metro y medio entre cada visitante, los custodios –con cubreboca y careta- agilizan el paso del público que debe respetar las señales azules colocadas en el suelo.
En cuanto a la curaduría se decidió trazar un recorrido unidireccional que obliga al espectador ir siempre hacia delante, y no repetir la visita a una sala previa. Además se cambiaron las pantallas táctiles por unas con sensores de movimiento, se suspendieron los folletos de sala y se instalaron islas con proyecciones de cine para complementar la información de las pinturas; al entrar a cada espacio se ofrece gel antibacterial.
Respecto al contenido de la muestra, Miguel Ángel Félix, director del recinto, precisó que se logró conservar la mayor parte de obras previstas de la muestra desde marzo pasado con un seguro total de ocho millones de pesos. Sólo se truncó el préstamo del retrato de Diego Rivera pintado por Modigliani que pertenece a la colección del Museo de Arte de Sao Paulo, Brasil, aunque siguen las negociaciones para conseguir la pieza.
Modigliani y Rivera en París
La propuesta de la exposición, con 170 obras, es mostrar los puentes estéticos entre los artistas que formaron el arte moderno del siglo XX. Si bien el epicentro es la obra de Modigliani como uno de los principales pintores de vanguardia, en el trayecto le acompañan europeos como André Derain, Moise Kisling, Suzanne Valadon, René Durey y Henri Hayde, y mexicanos como Diego Rivera, Ángel Zárraga, Carlos Mérida, Santos Balmori y Angelina Beloff.
La relación plástica e incluso fraternal entre Modigliani y Rivera es una de las más emblemáticas y representadas en la exposición. El curador Marc Restellini cuenta que ambos compartieron un estudio por más de seis meses en París donde establecieron vínculos, y si tal vez en sus obras no sean tan palpables, ambos manifestaron la influencia mutua. Por ejemplo, el pintor italiano se apropió del sincretismo cultural del muralista mexicano, y Rivera se consolidó en su propuesta plática después de su estancia en Francia.
“Modigliani, un heredero del arte italiano se interesa en el primitivismo luego de estar con Diego Rivera, en la búsqueda de la figura primitiva”, acota el curador Restellini de la muestra que presenta 23 piezas del pintor italiano.
La exposición se integra por siete núcleos temáticos y enfatiza en la vida cotidiana del París del siglo XX para mostrar el contexto social y artístico en el que coincidieron los pintores mexicanos con Modigliani.
La muestra se puede visitar hasta diciembre próximo de 10 a 17 horas.