Nacida del impulso creador y de contar de un modo imaginativo su propio cambio como mujer transgénero, la artista Évolet Aceves, publica su primera novela, Tapizado corazón de orquídeas negras, en la que imagina la vida de Cayetana de la Cruz, una fotógrafa y poetisa que pudo haber existido a finales de siglo XIX y principios del XX.
“Esta novela es un especie de declaración y al mismo tiempo una historia de iniciación. En ella hablo de un infante que apenas está descubriendo y notando que tiene diferencias que lo hacen algo raro, señalado en comparación de los niños, que lo obligan a aislarse y entrar a un mundo de fantasías, donde se ilusiona con la ropa femenina durante la época porfiriana, cuando el adorno era excesivo y el ornamento importante; pero también de lo que hablo es la defensa de toda una postura política y una cosmovisión de una poetisa y fotógrafa, que es este mismo niño convertido en mujer, en un mundo que le ha sido contrario. Algo que me parece muy importante”, explica Évolet Aceves, en entrevista con El Sol de México.
Si bien no se tiene conocimiento de un personaje en la historia con estas características, Évolet hace referencia al baile de los 41, cuando en 1901 fueron arrestados ese número de hombres por participar en un baile en el que 21 de ellos estaban vestidos como mujeres, entre ellos el yerno de Porfirio Díaz. Este hecho, dice la autora, es una prueba del interés que había en la época por querer ejercer una libertad sexual, pero también del gran ocultamiento y represión.
“Yo tenía un interés de mostrar que la naturaleza trans o de la disidencia de géneros también existía en esos tiempos, e incluso desde que ha existido el ser humano, no estamos hablando de algo reciente.
“A mí me habría gustado saber y leer de algún personaje similar a Cayetana, y de lo que estoy segura es que sí debió existir alguien como ella, pero no se le dio la oportunidad ni la voz pública, dentro de los círculos intelectuales de la época. Yo hago una especie de remembranza de ese personaje anónimo”, agrega Aceves.
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La autora comenta que las obras con temática trans se enfocan en el género testimonial y de no ficción, con lo cual, también plantea la necesidad de diversificar las obras LGBT+, pues “nos estamos limitando. Hay que aprovechar la literatura y las posibilidades que nos ofrece para poder jugar con el lenguaje y la imaginación.
“También pienso que hay que seguir buscando cabida a la literatura trans, que ha ido en contra de las narrativas patriarcales y machistas, pero que ha sido atacada por el feminismo radical, que critica las disidencias de género. Es importante seguir hablando y leer este tipo de historias para entender circunstancias distintas a las de la población cisgénero y seguir dando voz a la diversidad sexual”, finaliza.